Todo parece bien. No hay conflictos. No hay crisis. Los resultados están.🙌🏻
Pero detrás de la armonía aparente, se esconde el silencio. Un silencio que no nace de la calma, sino del miedo:
- miedo a incomodar,
- miedo a perder pertenencia,
- miedo a ser “el que complica”.
Ese miedo genera equipos que trabajan juntos, pero no están juntos. Rinden, sí. Pero al costo de callar lo que realmente importa.
¿Quieres cambiar esta dinámica?
🔹 Crea microespacios de honestidad: una frase semanal que empiece con “algo que pensé y no me animé a decir…”.
🔹 Premiar la discrepancia respetuosa, no solo tolerarla.
🔹 Preguntar como líder: “¿Qué estoy dejando de ver?”.
Preocúpate si el equipo que lideras nunca discute.
Un equipo puede entregar resultados callando.
Pero si nunca se dicen las verdades incómodas… lo que se rompe no es la eficiencia, sino la confianza.
👉 ¿Tu equipo trabaja en “eficiencia muda”? ¿Te animas a abrír el correcto espacio para lo que todavía no se dijo?