Las relaciones interpersonales son la base de todo gran liderazgo, y eso incluye la relación con tu jefe. Aunque no lo creas, fortalecer este vínculo depende, en gran parte, de ti.
¿Por qué es importante?
La relación entre tú y tu jefe no es unilateral; es interdependiente. Ambos necesitan del otro para tener éxito:
-Tú dependes de tu jefe para la dirección y los recursos necesarios para cumplir tus tareas.
-Tu jefe depende de ti para alcanzar los objetivos del equipo y de la organización.
-Cuando uno de ustedes prospera, ambos se benefician, y el impacto positivo se extiende a todo el equipo.
Aquí hay cuatro principios clave que te ayudarán a construir una relación sólida y efectiva con tu jefe:
1. Aplica la Regla Platino en tus interacciones La Regla Platino dice: «Trata a los demás como ellos quieren ser tratados». Esto requiere empatía y esfuerzo para entender las preferencias de comunicación y estilo de trabajo de tu jefe. Ajusta tu enfoque para alinearte con sus necesidades y prioridades, y verás cómo la relación se fortalece.
2. Define expectativas claras No supongas que tu jefe sabe exactamente lo que necesitas para tener éxito. Sé proactivo y articula tus expectativas:
Comparte lo que necesitas, para qué lo necesitas y cómo impactará en tus resultados.
Esto elimina malentendidos y crea una colaboración más efectiva. Como Maxwell señala, “El crecimiento ocurre intencionalmente, no por accidente”. Sé intencional al construir esta claridad.
3. Ofrece tu ayuda cuando sea necesario Si notas que tu jefe está abrumado, da un paso adelante y pregunta cómo puedes apoyar. No solo ganarás experiencia y mejorarás tus habilidades, sino que también ampliarás tu esfera de influencia dentro de la organización. Además, la Ley de la Reciprocidad está a tu favor: cuando ayudas, es más probable que recibas ayuda cuando la necesites. Maxwell lo resume bien: “Los líderes tocan el corazón antes de pedir una mano”.
4. Acepta los cumplidos con gratitud y reciprocidad Si tu jefe reconoce tu esfuerzo, no minimices el logro. Agradece con humildad y devuelve un halago sincero. Por ejemplo: «Fue un placer colaborar; sé que tú harías lo mismo por mí si estuviera en apuros». Este enfoque no solo fortalece la relación, sino que establece un clima de confianza y apoyo mutuo, creando oportunidades para un desarrollo profesional más robusto.
Un paso más hacia el crecimiento: liderazgo consciente
La relación con tu jefe es una oportunidad de crecimiento tanto personal como profesional.
Cuando cultivas esta relación intencionalmente, no solo beneficias a tu jefe y a tu equipo, sino que también te posicionas como alguien confiable y comprometido con el éxito colectivo.
Un líder es alguien que conoce el camino, anda el camino y muestra el camino
Recuerda que el desarrollo del liderazgo se inicia desde el lugar donde estás. Y es el comienzo de tu crecimiento profesional. No necesitas otras personas para cultivarlo, ya que el punto de partida es liderarnos a nosotros mismos.
No pierdas la posibilidad de probar estas 4 poderosas acciones. Comprueba tú mismo el poder que contienen.
Sé esa persona en tu relación laboral, y el impacto será extraordinario.